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Multi Media Modules

Los orígenes de los “Multi Media Modules|Módulos Multi Media” o, para los amigos, simplemente “mmm” como aparece en el logo tridimensional de ésta misma página, se remontan a la idea de una serie de siglas girando sobre el globo terráqueo donde el ecuador separa|especula con el “www”. Esa metáfora-logotipo del invento mmm fue precisamente la que dió pie a su mismo nacimiento. Si todo el mundo estaba obsesionado en aquél momento (1995) con las siglas del www = World Wide Web o red que iba a cubrir y enredar al mundo entero - como así ha sido gracias a Internet - a nosotros nos obsesionaba el para qué serviría ese tejido, esa trama, esa red de ordenadores interconectados, esa infraestructura de tanta complejidad y de tanto alcance. Si se va a invertir tantísimo dinero, tecnología, esfuerzo en interconectar el mundo, será para algo. Parece que TODO el mundo sabía para qué, pero muy pocos sabían cómo. El mundo financiero ya calculaba sus beneficios, el mundo militar sabía de sus ventajas con gran antelación, el mundo de las comunicaciones vió su futuro realizado en un presente virtual, el mundo académico soñaba con sus infinitas posibilidades, el mundo de la cultura, el arte, las bibliotecas, los museos ni se imaginaban la que les esperaba, pues los inicios fueron complicados, penosos, de mucho trabajo, esfuerzo, sacrificio y poco apoyo, como casi siempre, por otro lado, en estos ámbitos.


En ese contexto nuestra respuesta fue intentar proporcionar un concepto, una idea, una abstracción, una posible solución al insistente acento en las “nuevas tecnologías”, en los ordenadores, en las líneas de telefonía o via satélite y lo que siempre se ha llamado “hardware”. Nosotros apostamos por el “software” planteando que a un “hard science” se le debería plantar cara con un “soft fiction”; o a la inversa que a la “hard fiction” le correspondería un “soft science”. Esto que parecen simples juegos de palabra, no lo son. Es toda una nueva concepción de lo que estamos tratando y de cómo abordar nuestra realidad, sea real o virtual, sea material o abstracta. Fantasía, imaginación, pensar fuera de la caja o simplemente publicar uno mismo, ser libre para expresarse con libertad sin tener que depender de medio alguno (desktop publishing). Las primeras páginas web, los primeros intentos de colaborar, de intercambiar, de construir como colectivo. De ahí que surgieran los medios sociales actuales, las llamadas redes sociales, ya se crean con el primer e-mail, los listserver o listas de distribución, con el ftp y los gophers.


Las herramientas de las que disponemos son las que nuestra razón, nuestras emociones, nuestros deseos y nuestras necesidades nos proporcionan. Los módulos|modules son unidades que se integran en unidades superiores, que a su vez se integran en otras superiores y así hasta el infinito. Nos movemos de forma lógica, del item al fichero, los ficheros los agrupamos en carpetas, las carpetas crecen hasta convertirse en volúmenes. ¿Cómo organizar, gestionar, usar y desarrollar todo eso? Desde la simplicidad y complejidad al mismo tiempo. De forma holónica, tal como nos enseñó Arthur Koestler a entender esa realidad, desde lo que Edgar Morin nos enseñó diferenciando complejidad y ecología, lo que Noam Chomsky ha explicado una y otra vez sobre los lenguajes, ideas que Umberto Eco popularizó de la semiótica (aunque en eso le superó Jenaro Talens, aunque sea menos famoso). Los mecanismos, los de siempre, desde que se inventó el automatón hasta que se pudieron desarrollar los robots. No sólo en el cine estamos viendo ya ciborgs (organismos cibernéticos) y a nadie hay que explicarle ya lo que es un avatar.


Conceptos propios del arte, la música, la pintura o el teatro, el cine, la televisión y el cómic. Siempre se parte de una materia prima, un material crudo, sin elaborar, sin trabajar, sean colores, sonidos, palabras o imágenes, hacemos uso de unas herramientas y acabamos convirtiéndonos en virtuosos con nuestros instrumentos. Y es completamente indiferente si el sistema en el que nos movemos es dependiente de un gobierno, una universidad, o es independiente del medio. Se genera una autoridad que de no ser autónoma normalmente no sirve para gran cosa.


Como ya dice el gran Jodorovsky la cabeza es lo que rige al corazón, el corazón le dicta al sexo para que el cuerpo esté feliz y sano. Podemos vivir como individuos esa experiencia cultural o compartirla en pareja. Todos buscamos, sin embargo llegar a ser plurales y conformar una sociedad en la que podamos realizarnos como individuos. Es decir desde nuestra subjetividad es la sociedad quien nos objetiviza y lo concreto puede convertirse en abstracto. Intelectualmente podemos proseguir en nuestro monólogo interior, como ya hicieron Shakespeare y Cervantes, o podemos seguir a James Joyce y Virginia Woolf desarrollando el diálogo, y tras todo discurso literario o político lo que relamente se busca es el debate.


Sólo faltaban dos aspectos esenciales en el desarrollo de nuestros “mmm”: el espacial, el aquí que representa lo local, y que en lo personal se convierte en nuestra cama, nuestro nido, donde habitamos de forma exclusiva, aunque nos insertemos en una casa o domus que sólo lo es porque habitamos ciudades o polis. Y el aspecto que más difícil nos resulta aprehender: el transcurrir del tiempo. ¿Cómo interconectar el pasado y el presente, el futuro con lo eterno? Como decía T.S Eliot “Time present and time past / Are both perhaps present in time future / And time future contained in time past. / If all time is eternally present/ All time is unredeemable.” A lo que hay que recordarle las bellas palabras de William Blake, ese gran romántico postmoderno y neoclásico que se adelantó paradójicamente en mucho al propio Eliot: “To see a world in a grain of sand and heaven in a wild flower. / Hold infinity in the palms of your hand and eternity in an hour”. Ser capaz de superar las paradojas y contradicciones como la de ver el mundo infinito en un grano de arena (el micro-macro cosmos) y lo divino en una flor salvaje, te permite sostener lo infinito en la palma de tu mano y vivir la eternidad en una hora.


Por eso han pasado 20 años y nosotros sin enterarnos y con estos pelos.


Valencia, 27 de Septiembre 2015

In-Memoriam Cándido Pérez Gállego - Rafa Cruz
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